martes, 30 de octubre de 2012

"El Espíritu y la novia dicen: '¡Ven!' El que escuche diga: '¡Ven!' Quien tenga sed, que se acerque, y el que quiera recibirá gratis el agua de vida." (Ap 22,17)

"Ven, Señor Jesús..." Ven y llena nuestra vida... Que se llene del agua de tu Espíritu. Danos sed, para que ansiemos ese agua de vida eterna.
Que permanezcamos abiertos a la gratuidad de tu amor, a tu presencia generosa y fiel, que nos convoca para entregarse a nosotros...

Danos la sensibilidad para escuchar el susurro de tu voz, la humildad para reconocer nuestra necesidad de Ti, la fe y la esperanza para mantener nuestro cuenco en un 'vacío' entregado, que espera tu agua limpia... ¡Ven, Señor Jesús!


sábado, 20 de octubre de 2012

“En cuanto salió del agua, vio el cielo abierto y al Espíritu bajando sobre él como una paloma. Y se oyó una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco” (Mc 1,10-11)





El cielo abierto… Por Jesús se nos “abre” la posibilidad de participar del Reino de Dios. El Padre derrama su bendición y envía su Espíritu para que seamos hijos en el Hijo, llenos de su gracia y sumergidos en su amor.
En el bautismo, Dios nos susurra al corazón: “Tú eres mi hijo amado…” Un susurro que encuentra su eco día a día en la oración. Sólo haciéndonos pura receptividad, dispuesta a acoger la Palabra que Dios nos revela, podremos ver de nuevo cada día “el cielo abierto” y escuchar al Padre decirnos “…en ti me complazco…

sábado, 13 de octubre de 2012

"De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición..." (Gn 12,2)


Dios acaba de bendecir a Abrahán… Lo ha hecho padre de un pueblo numeroso, lo ha hecho fuente de vida… Y entonces le revela su vocación: …sé tú una bendición. El ser humano llamado a continuar la obra de Dios,  a ser fuente de vida como lo ha sido Dios para él.

Así como un hijo continúa la descendencia de su padre… Dios nos encomienda continuar su “descendencia”: atraer corazones hacia Él, proclamar Su Reino, la única Fuente de Vida eterna… Nos llama a ser como el Hijo: una bendición.

En Cristo, Dios ha cumplido la promesa hecha a Abrahán. “Haré de ti una nación grande…” (Gn 12, 2) La Resurrección de Jesús proclama la victoria de la VIDA sobre la muerte… Y esto fue así para que la bendición de Abrahán llegara a los gentiles, a través de Cristo y para que, por la fe, recibiéramos la bendición del Espíritu.” (Gal 3, 14)

Que nuestra vida sea una continua bendición para aquellos que nos rodean…

viernes, 28 de septiembre de 2012

Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. (..) Saldrá el arco en las nubes, y al verlo recordaré mi pacto perpetuo: Pacto de Dios con todos los seres vivos, con todo lo que vive en la tierra. (Gn 9, 13.16)



Después de la lluvia… el color, la luz. Signo de tu alianza con el hombre, el arco iris sale para recordarnos que estás con nosotros.
No hay tormenta en mi vida que no termine en un arco iris lleno de luz. Porque Tú prometiste que nunca más un diluvio destruiría del todo la tierra (cf. Gn 9,11)… Y nunca el poder del mal ha destruido del todo la vida del ser humano…
Pero una alianza necesita de dos partes… Recuérdame siempre la mía. Hazme fiel a tu alianza. Quiero agarrarme fuerte de ese pacto que has hecho conmigo PARA SIEMPRE… Sujetarme de “nuestro arco iris”, de nuestra alianza, para caminar con tu fuerza y con la certeza de que siempre tendré Tu luz…